martes, 23 de febrero de 2010

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El color del vino tinto


En la actualidad los vinos tintos de calidad, los mejores puntuados en las guías como la Guía Peñín o la Guía Parker, son aquellos que presentan un color intenso y vivo.

Las responsables del color de los vinos tintos son unas partículas llamadas antocianos (del griego "anthos": 'flor' + "kyáneos": 'azul') pigmentos de color rojo, púrpura o azul que encontramos en hojas, flores y frutos como frambuesas rojas, zarzamora, arándano y por el caso que nos ocupa, las variedades tintas de uva, generalmente en la piel de éstos.

En los vinos tintos podemos describir el tono de este color de la siguiente forma: rojo claro, rojo oscuro, rojizo, rojo violeta, rojo cereza, rojo grosella, rojo sangre, rojo ladrillo, rojo anaranjado, rojo amarillento, rojo marrón, carmín, rubí, granate, bermellón, púrpura, violáceo rojo negro, teja, picota, picota madura.

Este tono varía en función de varios aspectos:
1. Con la edad del vino: los vinos más jóvenes presentan tonos más azulados mientras que los más viejos los presentan más anaranjados.
2. Con la variedad de uva: algunas como la variedad syrah tienen el color de la piel rojo negro, otras como la merlot lo tienen más azul y otras como la garnacha lo tienen más rosado.

En ocasiones podemos encontrar que en las botellas que han reposado un tiempo aparece un sedimento en el fondo: este sedimento es también el color del vino. En este caso esas partículas se han hecho grandes y han sedimentado, quedando así el vino más pálido. Lo que debemos hacer cuando nos vayamos a tomar ese vino es dejarlo un día en posición vertical y para servirlo decantarlo, evitando así que ese sedimento nos pase a la copa y poder disfrutar de tomar esa copa de vino.

¡Salud!

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